Estamos todos tan apurados /Nvos. Articulos 44

Estamos todos tan apurados

(Algo sobre el ritmo apropiado)

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La velocidad está bendecida desde los medios. El leguaje popular considera una característica de la inteligencia la velocidad en una respuesta o reacción. Por esto las personas que tienen un ritmo más rápido que los demás en las actividades son valorados. A nadie le importa que ese cajero del banco hace más operaciones que otros tenga unas terribles fallas al final del día. El sufrimiento que esta prisa genera es angustioso y muchas veces peor que los efectos económicos. La molestia interna que sufre una persona con estas características es muchas veces causada por la imposibilidad de aceptar el tiempo de los demás. Jefes que no pueden esperar que un empleado termine una nota o un documento y los corren del teclado para continuar ellos esa tarea que indicaron. Profesores que no entienden el tiempo de sus alumnos o padres que no pueden explicarle con paciencia a los niños lo que se espera de ellos.

No están viviendo este tiempo, no pueden entender que las distintas velocidades generan una armonía que lograría ajustarse transformando en la visión de la danza vital. Solos, sintiéndose incomprendidos, pero aplaudidos por otros no logran percibir el origen de la desarmonía.

La enseñanza de la esencia floral Impatiens es que no es necesario renunciar a la rapidez sino aceptar los distintos ritmos de las personas como formado una danza, tal vez un poco caótica pero bella y única. Es aprender el uso de la velocidad apropiada en cada situación.

Al comenzar el tratamiento con Impatiens la ansiedad baja ya que la lentitud supuesta o real del otro no empuja al enojo o a correr tanto que al mirar en derredor se vea ya a nadie que acompañe.

María Inés Senabre www.portalalamodorado.com.ar

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